Gracias a la web Furgovw que sin duda es la mejor fuente de información sobre cualquier aspecto que implique a viajeros sobre ruedas, aprendimos en la Vivaro cual era el estándar que hoy ya nadie discute:
- Aislante sobre la chapa: Kaiflex o derivados. Que es una espuma elastomérica con grandes capacidades térmicas y acústicas, que no absorbe agua, no propaga el fuego (autoextinguible) y además se vende en versión autoadhesiva.
- Madera a utilizar: Contrachapado fenólico de abedul Indicado por sus cualidades hidrófugas, por su dureza y la resistencia con la que quedan clavados los tornillos.
- Nosotros usamos 3 planchas de madera de 240x125x15, pero a una de ellas le cortamos una tira de 240x10 que iría junto a las puertas traseras a fin de que la zona del paso de ruedas quedase en una sóla pieza.
- Suelo vinílico: pegado sobre la madera e para protegerla y darle un aspecto final acogedor y fácil de limpiar.
Primer Paso: elaboración de la Plantilla
El primer paso es realizar una plantilla con la forma del suelo pero no siempre es necesario, en las furgonetas semi-industriales como nuestra Vivaro, lo normal es utilizar el revestimiento original del suelo como plantilla pero si la furgo es 100% industrial como Paloma, no quedará más remedio que ponerse manos a la obra y fabricarse una.
Para ello nos tocará hacer acopio previo de cartones, cuanto más grandes y sólidos, mucho mejor.
Reunido el material, queda por definir la técnica para lograr copiar con exactitud las formas del perímetro interior de la furgoneta en la plantilla de cartón. Para ello nos devanamos bastante los sesos y al final acudimos a buscar inspiración a Youtube, allí encontramos esta entrada del canal de
Laura Real, que nos puso en marcha. Como veréis ella logra replicar las formas con la utilización de un compás.
Sin embargo a nosotros no nos terminaba de funcionar el sistema, probablemente porque nuestro compás no era lo suficientemente grande, pero nos sirve de base para adaptarlo a lo que teníamos a mano: una pletina de hierro, un rotulador y un rollo de cinta de pintor.
Así, con un extremo de la pletina tocando la chapa y manteniéndola a 90º mientras la vamos arrastrando por la carrocería, el rotulador, sujeto a la misma por varias vueltas de cinta de pintor, va copiando la forma de la pared en el cartón que hemos dispuesto en el suelo, pegado al paso de ruedas.
Cuando logras pillarle el truco, solo hay que replicarlo en el resto de la furgoneta.
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No utlicéis cinta de pintor para unir los cartones, mucho mejor cinta americana. |
Finalmente, este es el resultado de la plantilla terminada.
Segundo Paso: Traspasar la plantilla a la madera
Comprados los tableros en Leroy Merlin y realizada la plantilla, lo que toca es copiar esta en aquellos y para ello nos vamos al monte de El Pardo. Por cierto, curiosa la faunilla que nos juntamos allí, especialmente cuando empezó a caer el sol.
Plantilla colocada al revés a fin de reforzarla con cinta a mericana y que no se mueven las distintas piezas al copiarla en la madera. |
Además de copiar la forma de la plantilla en los tableros, dibujamos en color rojo, líneas de corte rectas que separasen el dibujo del suelo, de las zonas "sobrantes", con la intención de que con la sierra vertical del Leroy Merlín, nos convirtiesen los tres tableros en piezas más pequeñas y manejables y nos proporcionaran retales cortados a escuadra usables en un futuro.
En la foto bajo estas líneas, puede verse el tubo cuadrado de aluminio que utilizamos para sacar las líneas rectas dibujadas en color rojo, así como el resto del instrumental que nos llevamos a El Pardo: un listón plano de madera, dos pletinas de hierro y distintas escuadras. En realidad no lo utilizamos todo, pero estando en medio del monte, más vale que sobre a que falte.
Plantilla dibujada en la madera vista desde atrás |
Vistas de atrás hacia delante, la primera pieza tiene una anchura de 10 centímetros que le "robamos" al tablero delantero, a fin de fabricar en una sola pieza la zona de los pasos de rueda.
Las líneas rojas que se ven dibujadas en el tablero son las líneas de corte rectas que nos harán en el Leroy Merlin.
Plantilla dibujada en la madera vista desde delante. |
Comprobando la plantilla sobre las tablas cortadas en el parquing del El Leroy. El corte mínimo es de 30 cms por eso se nos queda la tira posterior sin cortar |
Bajo estas líneas alguno de los fallos que tuvimos al cortar.
En ambos fallos la causa fue culpa nuestra al no sacar las líneas de corte recto perfectamente a escuadra, lo que provocó que que el corte recto se llevara por delante zonas que no debían. |
Tercer Paso: Corte definitivo de los tableros
En la entrada inicial de este blog, dije que no teníamos familiares con oficios que nos pudieran ser de utilidad a la hora de camperizar la furgo y basicamente, que todos los inconvenientes que pudieran surgir nos lo tendríamos que comer nosotros con nuestros medios e ingenio o derivarlo a terceros.
Reconozco ahora que fui un poco drástico e injusto en esa frase. Teniendo nuestra "local-cueva" carabanchelera colapsada por la restauración de nuestro viejo Renault 4 ("MIHail") necesitábamos un sitio donde hacer los cortes finales de los tableros con electricidad y a salvo de la lluvia; y ha sido precisamente la familia la que ha puesto a nuestra disposición una parcelita en la Vera (Extremadura) con cabaña habitable incluida. Pero es que además nos han aportado compañía, alimento y por supuesto ayuda cuando se la hemos requerido.
Gracias a su hospitalidad y predisposición hemos pasado un muy buen fin semana, nos ha cundido bastante y hemos vuelto a casa bien alimentados y también, a pesar de trabajar de sol a sol, descansadísimos.
Vamos allá con la historia
El viernes por la tarde después de trabajar nos vamos a la zona de la Vera en Extremadura, llegando con la noche ya encima. Nos esperaban allí para cenar la hermana y el cuñado de Gema después de una buena cena y bastante cansados, no tardamos mucho en caer rendidos en la cama.
El sábado arrancamos los motores con las primeras luces del día, ansiosos por empezar. El porche de la cabaña es grandísimo y tiene dos mesas de trabajo que convertiremos en nuestro altar de carpintería durante 48 horas.
Lo primero es sacar y colocar estrategicamente todo el material y las herramientas que hemos traído,
y una vez dispuesto todo a nuestro gusto... ¡Empezar!
Trabajar en un sitio así no es trabajo ni es un hobby, es un regalo |
Sujetamos el tablero con sargentos, enchufamos la caladora y empezamos a cortar. El primer corte es el que más nervios produce pero metidos en harina, poco a poco nos vamos soltando y siendo cada vez más eficientes.
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Es inevitable estar algo nervioso al empezar a cortar, pero poco a poco soltamos la tensión y simplemente vamos dando forma a los tableros. |
Mientras yo voy cortando con la caladora Gema va aspirando el serrín, logrando no convertir aquello en nada que no sea un lugar de trabajo agradable
Montamos una buena con el serrín e hicimos muy bien en llevarnos la aspiradora para poder trabajar en un ambiente limpio y respirable. |
Debimos de hacer muy bien la plantilla porque tanto esta, como el resto de piezas encajaron a la primera y casi a la perfección. Pero no cantamos victoria porque falta poner el aislamiento y eso podría llevarnos a tener que retocar los tableros.
Tablero de la zona del paso de ruedas, es conveniente hacer toda la zona en un solo tablero para dar consistencia y evitar problemas. |
Como contábamos antes, a fin de que la zona del paso de ruedas fuese de una sola pieza, adelantamos el tablero 10 centímetros con respecto a las puertas traseras y esa zona la cubrimos con una pieza de madera que quitamos al tablero de donde sacaremos la zona delantera del suelo.
Hemos visto algunas camperizaciones y todos dejan esta parte posterior al descubierto y no termino de entender porqué.
Esta es la pieza más pequeña la que más cortes complicados tiene. Al final todo se resuelve con calma, paciencia y buenas herramientas. |
Aun queda por lijar y pulir algunas zonas donde nos hemos ceñido demasiado a la chapa pero la cosa marcha muy bien.
Señaladas las zonas a corregir volvemos a sacar los tableros, retocamos los cajeados de la pieza trasera, añadimos y pegamos aquellas piezas que fueron cortadas por error en Leroy Merlín y matamos con la lija los cantos superiores de los tableros (salvo sus zonas de unión) p
Cuarto Paso: Cortar el vinilo
La siguiente fase es cortar el vinilo. Nosotros compramos en el Leroy el modelo "Intenso Plus Touch Crafted OAK BR VIN/2M" Los hay más baratos, pero este nos dio un resultado fantástico en la Vivaro y tiene un tacto y un aspecto que nos encanta.
Para que os hagáis a la idea una pieza de 2x3,5 metros como la nuestra cuesta 110,25 €.
Para cortarlo ponemos las piezas de madera del suelo encima del vinilo alineadas lo mejor posible. Dibujamos el contorno con el boli y retirmos las tablas.
Piezas del suelo sobre el vinilo alineadas lo mejor posible con la veta de madera |
Pletina que utilizamos como guía para los cortes rectos y cutter tipo "cortapizzas" que no nos funcionó como esperábamos. |
Pieza de vinilo cortada. Poco a poco vamos adelantado tarea. |
Quinto paso: Unión de las dos piezas traseras.
Como hemos contado de manera insistente, para sacar de una sola pieza la zona de los pasos de rueda, adelantamos el tablero dejando una franja trasera de 10 centímetros que hicimos en otra pieza.
Esta pieza es tan pequeña que es difícil que quede bien asentada en el suelo de la furgo, así que decidimos unir los dos trozos de tablero creando una única pieza que abarcase todo toda la parte trasera.
Para que la unión quedase fuerte utilizamos espigas de madera de 8x40 mm, cola de la marca Pattex y un maestro de espigas de la marca Wolcraft. Ahí van unas fotos para que no se pierda nadie:
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Espigas de madera de 8x40. Las puedes comprar aquí |
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He probado distintas colas para madera y esta es la mejor. Pega rápido y fuerte y el aspecto final es transparente. La venden en casi todas las tiendas de bricolaje, yo he cogido la foto de aquí |
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Maestro de uniones con espigas. Permite hacer los agujeros de las espigas de tal manera que encajen a la perfección sin necesidad de marcar más allá de los puntos aproximados donde queremos ubicarlas. Un sitio donde lo puedes comprar es aquí |
La técnica es la siguiente: Se marca en uno de los tableros (en nuestro caso el pequeño) la distancia a la que queremos poner las espigas. Con el Maestro de uniones se localiza el centro exacto del canto del tablero y se hace un taladro a 90º utilizando la guía para la broca del 8. Se encola y se introduce la espiga ayudándonos de un martillo.
Se alinean, canto con canto, los tableros a unir y se fijan con sargentos para que no se muevan. Con el Maestro de uniones introducimos una de las espigas que hemos puesto en el rail que le corresponde por diámetro y taladramos en el sitio exacto donde cae la guía para la broca del 8.
Si lo hemos hecho bien, el resultado es una alineación perfecta de las espigas ya insertadas en uno de los tableros, con los orificios taladrados en el otro.
Espiga colocada y agujero taladrado. En la foto no están alineados en el mismo eje porque ya hemos quitado los sargentos y movido las tablas. |
Ya solo queda encolar los cantos y los agujeros del taladro, amartillar una pieza contra la otra hasta que queden perfectamente enrasadas y dejar secar.
Para una unión más fuerte dejamos secar la unión con los sargentos haciendo fuerza de un tablero contra otro y peso colocado encima para evitar cualquier abarquillamiento.
A nosotros, por un mal alineamiento de las piezas antes de apretar los sargentos, se nos quedó un resalte mínimo entre una y otra tabla. Nada que no resuelva unas pasadas de la lijadora con lija del 60.
Después de otra cena en buena compañía, fuimos cayendo rendidos. Pepa, que se había hartado de ladrar a los gatos y de lidiar con los buenazos de los mastines, fue la primera en sucumbir; nosotros no tardamos en seguirla.
El domingo arrancamos de nuevo los motores antes de las 9 de la mañana. Estábamos deseando ver el resultado de nuestro esfuerzo del día anterior y seguir progresando.
El resultado provisional y que puedes ver bajo estas líneas, nos carga de energía para continuar.
Sólo con extender el vinilo sobre el suelo de madera parece que la furgo pierde automáticamente un 10% del carácter industrial y lo gana en carácter hogareño.
Este no es el resultado definitivo, porque aun queda poner el aislante (Kaiflex) y en consecuencia retocar lo que toque, pero de momento estamos muy satisfechos de coomo van las cosas. |
Sin embargo somos conscientes de haber ganado un par de batallas pero no la guerra. En la parte delantera, tanto de los tableros de madera como el vinilo quedan insertados debajo de la mampara de separación con la cabina y podemos anticipar que esta zona será conflictiva en cuanto pongamos el aislante que levantará el suelo 1 centímetro.
Por ahora, y hasta que se de esa circunstancia, poco podemos hacer.
Vista de la parte delantera. Falta poner el aislamiento del suelo que elevará todo 1 centímetro. La zona de unión con la mampara delantera será conflictiva. |
En otras camperizaciones, hemos visto como otros chicos decidían sujetar el nuevo suelo de madera a la carrocería con tornillos tirafondos. Es un sistema que no me convence por varias razones: porque se taladra la chapa sin darle ningún tratamiento antióxido, porque esas uniones, con las vibraciones de la carretera, los baches o las pistas acabarán cogiendo juego y porque la fuerza de sujeción de la madera a la carrocería es discutible.
Nosotros habíamos localizado 6 agujeros roscados en el suelo de la Ducato donde creo que van atornilldas originalmente las anillas de sujeción de la carga, y no queríamos desaprovecharlos.
Con ellos podemos sujetar la pieza de madera del paso de ruedas con cuatro puntos de atornillado y la de la puerta corredera con dos.
Estos puntos de atornillado ya los habíamos marcado en la plantilla superponiéndola sobre el suelo y buscándolos al tacto, pero con el trajín de ponerla y quitarla varias veces así como por pisarla cada vez que subíamos al compartimento de carga, acabó bastante "estirada" convirtiendo esas marcas en poco fiables.
Así que, salvo la fila de enmedio de esos agujeros roscados que quedaba a la vista, y la de delante del todo que se podía marcar accediendo desde debajo de la furgo, hubo que ingeniárselas para realizar los taladros sin dejar los paneles como un queso Gruyere.
Lo conseguimos sin demasiados daños colaterales usando la siguiente técnica en los agujeros más complicados: Usando los puntos transportados desde la plantilla de cartón como aproximaciones, taladrábamos desde ellos con la broca del 4 y desde ahí, levantando un poco la tabla veíamos como habíamos quedado con respecto al agujero que estábamos buscando e íbamos agrandando en esa dirección con la siguiente medida de broca, y sucesivamentehasta terminar con la broca del 8, en el eje del agujero roscado del suelo con la misma métrica.
De esta fase no tenemos fotos pero sí un vídeo que puede ayudar a orientarse. La fila de tornillos que estoy midiendo en el vídeo es la 2ª contada de atrás hacia delante y en ese caso, al quedar a la vista las roscas, el proceso de dar con el punto exacto del taladro es más sencillo.
...Y esto es todo por el momento. A nosotros, antes de regresar a Madrid, no nos quedaba más que comer con nuestros anfitriones, echarnos una buena siesta, dar un buen paseo por este rincón de La Vera y despedirnos tanto de ellos como de Thor, Odín y Leia.
Recogiendo todo el material para volvernos a casa. |
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El abuelete Thor y su hijo Odín jugando con nosotros en un momento de descanso entre tablón y tablón |